martes, 5 de mayo de 2009

Gianlorenzo Bernini y la arquitectura del Barroco

Fachada de San Andrés del Quirinal



Planta de San Andrés del Quirinal



Gian Lorenzo Bernini (1598-1680). Es un artista romano que cultiva las tres artes: arquitectura, escultura y pintura. Su arquitectura es sencilla, teatral en el espacio, con síntesis de estilos y mensaje triunfal.
a) En la iglesia de San Andrés del Quirinal introdujo un nuevo tipo de planta: centralizada ovalada, rematada con una gran cúpula con capillas laterales. Es de gran amplitid, el altar mayor se encuentra frente a la entrada, flanqueado por cuatro columnas de mármol, con entablamento y frontón curvo con la escultura de San Andrés, que también se halla representado en el cuadro sobre el altar. En su interior, desarrolló juegos con materiales simulados, lo que dotó al edificio de una gran suntuosidad con menor coste. En el exterior destaca la fachada clásica con entradas en pórtico semicircular flanqueado por dos columnas, al que se accede por una escalinata en arco. El conjunto remata la fachada en frontón triangular, con gran movimiento.

b) El papa le encargó el trazado urbanístico de la Plaza de San Pedro de Roma. Es de forma oval, rodeada por una columnata, también del mismo autor, que simboliza el abrazo a la cristiandad. Gran monumentalidad. El obelisco egipcio se encuentra en el centro, confrontado por dos fuentes. Rematan el entablamento de la columnata esculturas. En ella quedó patente el interés por adecuar el espacio a las nuevas necesidades: un lugar lo suficientemente amplio para admitir un gran número de personas y a su vez, poder vislumbrar la ventana desde la que el Pontífice saludaba habitualmente a los fieles.

c) También es autor del Baldaquino de San Pedro, diseñado como símbolo del poder de la iglesia de Roma y de su supremacía sobre las demás confesiones cristianas. Se realizó con las placas de bronce de la cúpula del Panteón, símbolo del mundo pagano frente al mundo cristiano. Columnas salomónicas, de fuste helicoidal con relicarios, entablamento ondulado en forma de telas colgantes y remate con una bola y una cruz. Se sitúa encima del sepulcro de San Pedro (confessio) Con el baldaquino la introducción de nuevos recursos estéticos quedó instaurada. La ruptura con las formas clásicas se plasmó en su cúpula reducida a grandes volutas abiertas contra el fondo. La estructura permitía jugar con la luz y provocar cambios según la perspectiva del espectador.
Al principio los artistas usaron los elementos clásicos renacentistas, introduciendo cambios que rompían la proporción. Pero fueron creando nuevos elementos y normas, e incluso, introdujeron aditamentos extraños a la arquitectura: cortinajes, superficies pulidas que actuaban como espejos que reflejaban la luz en las fachadas. Los cambios en el barroco fueron acentuando progresivamente en los aspectos decorativos y teatrales, complicando las plantas y espacios y jugando con la sorpresa, lo inesperado y su efecto en el espectador.

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