Caravaggio y la Vocación de San Mateo

La vocación de San Mateo

Esta obra maestra de Caravaggio, situada en la Capilla Contarelli, de la iglesia de San Luis de los Franceses de Roma, pertenece a la segunda etapa romana del autor y fue realizada entre 1599-1600. Es la más famosa de los tres lienzos que adornan la capilla del cardenal francés Mateo Contarell, dedicadas al Apóstol (San Mateo y el ángel y El Martirio de San Mateo.) La composición tiene dos grupos: por un lado, San Mateo y los recaudadores sentados a la mesa; por otro, Cristo y San Pedro, que acceden a la estancia. En el cuadro llama la atención que no se respeta el contexto histórico en el primer grupo, ya que San Mateo y los que le rodean van vestidos a la usanza de finales del siglo XVI. En cambio, el segundo grupo, formado por Cristo y San Pedro, sí aparecen vestidos de forma “histórica”. Presenta el momento en que Cristo llama a San Mateo como Apóstol, le señala con el brazo y le dice que le siga. (vocare: llamar

En este cuadro se plasman ya los conceptos de la pintura barroca practicada por el artista, destacando sobre todos el que la pintura es la transposición de la vida cotidiana. Por ello usa personajes tomados de la vida real. También es la primera obra en la que usa el tenebrismo. La luz, que organiza el cuadro, proviene de una puerta que se ha abierto en un lateral y no de la ventana, e ilumina a los recaudadores, que se encuentran sumidos en la penumbra de un interior. San Mateo y sus ayudantes, ante la súbita presencia de los recién llegados, vuelven sus cuerpos y rostros hacia la puerta, mostrando una actitud de asombro; en especial San Mateo, que advierte cómo el dedo de Cristo le señala conminándole a que le siga. A la derecha, se ve a dos oficiales que no se han percatado de lo ocurrido y siguen contando los dineros del tributo. El amplio registro de gestos y actitudes, junto con el claroscuro y tenebrismo que dominan la obra, otorga a esta escena el valor de ser la primera en la historia donde se constata un sentido de modernidad narrativa, natural, espontánea y cotidiana, que abre las puertas a una nueva manera de entender la creación pictórica.