jueves, 16 de abril de 2009

La Gioconda


"La Gioconda"


La Mona Lisa o Gioconda,
obra realizada entre 1503 y 1505, muestra a una mujer joven, anónima o de identificación incierta, que toma el fresco en la terraza de su casa frente a un paisaje profundo de altos peñascos e inundados valles. La actitud de la modelo rebosa comedimiento: cruza las manos como se suponía debían hacerlo las mujeres según las normas establecidas del decoro; aunque su vestido es sencillo y púdico no disimula sus formas; su rostro, marcado por la famosa sonrisa, revela sentimientos interiores deliberadamente disimulados , y por tanto, difíciles de discernir: el amor modesto, la ironía o por el contrario, la ternura.
Es una composición piramidal perfecta, en la que muestra interés por la proporción, con contrapposto (está vuelta para evitar la frontalidad, buscando profundidad). La figura, de medio cuerpo, está sentada, con paisaje detrás, la luz entra por la izquierda y deja un incipiente claroscuro. Utiliza el sfumato en los contornos de las figuras (dando sensación de atmósfera). El sfumato o "esfumado" es similar a la práctica consistente en mostrar la alteración de la luz del cielo, más pálido en el horizonte que en el cénit o el azulado del paisaje a lo lejos, modificado por un aire muy denso que separa al observador del objeto observado, una técnica conocida con el nombre de perspectiva aérea; a la que Diderot definió como "una forma de sumergir los contornos en un ligero vapor". El paisaje es irreal, con movimiento contenido. Es un retrato que plasma la belleza ideal (sonrisa, manos, serenidad).
Las manos son un elemento expresivo fundamental, añade la indagación del carácter ( il moto dell'anima o estado de ánimo) y el modelado con la luz y la sombra. Es el exponente más acabado del retrato leonardesco.

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