El Romanticismo en España

Juana la Loca de Francisco Pradilla

El testamento de Isabel la Católica de Eduardo Rosales

La Condesa de Vilches, de Federico de Madrazo

El Viático, de Leonardo Alenza

La Vicaría de Mariano Fortuny

Jenaro Pérez Villamil: San Juan de los Reyes

El romanticismo en España presenta cuatro tendencias:

a)La pintura de paisaje, siguiendo la corriente europea, que en España se une al sentido de lo pintoresco. Pérez Villaamil y Fortuny pertenecen a esta corriente.

b)La costumbrista, que resalta lo folclórico y pintoresco. Pretende representar fielmente las costumbres como medio para recuperar las raíces del pasado nacional. El referente de esta tendencia es Goya. Rompen con el academicismo decimonónico, siendo muy avanzado en temas y técnicas para su época. Los principales pintores fueron Leonardo Alenza, Valeriano Domínguez Bécquer y Eugenio Lucas.

c)La del retrato, que sirve al ideal romántico de la fama después de la muerte de compromiso con la sociedad de su época. Los autores de esta tendencia están influidos por la tradición española y el clasicismo francés. Sus modelos son hombres de negocios, militares y políticos. Federico Madrazo destaca en esta tendencia., así como Antonio Esquivel y Joaquín Espalter

d)La histórica. Esta tendencia ha tenido oscilado entre la crítica y la admiración desde el siglo XIX hasta hoy. Durante el franquismo sirvió como medio de propaganda y desde la Transición Democrática, por el contrario, ha sufrido olvido y rechazo. Los dos principales artistas fueron Eduardo Rosales y Francisco Pradilla.

Jenaro Pérez Villaamil (1807-1854): Recogió paisajes y costumbres en su obra España artística y monumental. Realiza también obras de tema oriental.

Mariano Fortuny (1838-1874): Su obra es muy variada. Su dominio del dibujo, el gusto por la combinación del color, la luz y la sombra son alguna de sus principales características como pintor. Es heredero de Velázquez y Goya; su facilidad para entrar en contacto con los temas del gusto de la sociedad de su época le hace el pintor favorito de la época. Una de sus obras más importantes es “La vicaría”. En ella destacan la armonía, la pincelada suelta, el acercamiento al retrato y el interés por el ambiente. De ella se dijo que “era un esbozo” de Goya.